El colorete ha de ser siempre el último toque de maquillaje para equilibrar el resultado final y deberíamos aplicarlo sin excedernos.
Lo ideal, es utilizar la brocha angulada en pelo de cabra para dar el trazo del área de la mejilla hacia las sienes, difuminar. Y después, la de tamaño mediano para iluminar las mejillas: sonreímos, aplicamos y difuminamos, para que el resultado final sea lo más fresco y natural posible Guardar